Carmelo De Grazia: Bebés, discapacitados y reclusos también tienen su lugar en “El Sistema”

CDG-. El Sistema Nacional de  Orquestas y Coros Juveniles de Venezuela surgió en un primer momento gracias a la vocación educativa y social del maestro José Antonio Abreu quien concibió la idea de una institución educativa que promoviera la música entre la juventud venezolana. Sin embargo, con el pasar de los años, y el éxito obtenido, el Sistema continuó progresando y se amplió su ámbito de acción.

Por eso, vale la pena de conocer algunos de sus Programas de formación. Entre ellos, destacamos los siguientes:

• Programa nuevos integrantes: El Programa Nuevos Integrantes de El Sistema se inició en diciembre de 2012. A través de él se busca la integración entre la orquesta y la familia. Para ese propósito, se vale del acercamiento de los bebés hasta los 3 años de edad a la música sinfónica.

• Programa de educación especial: Creado en 1995, con este programa se busca desarrollar las potencialidades y dotes de los niños y jóvenes con diversidad funcional o discapacidades físicas o cognitivas. Destaca como parte de este programa el Centro de Investigación e Impresión de Música Braille, en Barquisimeto (estado Lara) a través del cual se ha procurado facilitar la formación musical de los niños y adultos con discapacidad visual.

Del mismo modo, este programa dio origen al Centro de Formación Docente para Diversidad Funcional, con sede en Caracas, donde se busca que los profesores se especialicen en la atención de niños y jóvenes con estas condiciones.  Así mismo, el  Coro de Manos Blancas representa la agrupación más emblemática de este programa. Con ella, se hace énfasis en la  expresión corporal y el lenguaje gestual para descubrir y fortalecer el sentido interno del ritmo en los estudiantes sordos.

• El Programa Académico Penitenciario: Este programa creado en el año 2007 es el vivo ejemplo del poder de la música para la reinserción social y como instrumento de paz. Esta iniciativa se materializó gracias a la alianza entre la Fundación Musical Simón Bolívar y el Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario en conjunto con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo.

Por Carmelo De Grazia