¡ENTÉRATE! Venezuela baila al son de "La Burriquita"

La Burriquita es uno de los bailes típicos de Venezuela, considerado Patrimonio de la Nación.

La letra del tema musical comienza “ahí viene la burriquita, ahí viene domesticá, no le teman a la burra que no es na´ burra maneá”; esta típica melodía venezolana que ha trascendido de generación en generación permanece hasta la fecha. 
Carmelo De Grazia señala que es prácticamente una canción de cuna para los niños quienes crecen bailándola desde pequeños, pero más allá de la melodía representa toda una tradición venezolana.

Un baile que entretiene y entusiasma

La Burriquita, como se conoce este baile típico, suele ser frecuente especialmente en la época de navidad y de carnaval; la persona que la baila se disfraza de una burrita, normalmente es un hombre que también se coloca atuendos de mujer, una falda lo suficientemente ancha y un enorme sombrero, todo esto siempre resaltando colores diversos y alegres.

Carmelo De Grazia describe la danza que consiste en que el jinete de La Burriquita haga movimientos, piruetas y hasta sonidos del animal; los instrumentos musicales que suelen acompañar este baile son las maracas, el violín, el cuatro y el tambor, aunque se extiende por todo el país es en Guárico donde toma mayor relevancia.

Ramón y Rivera dice a propósito de esta tradición que:

“El tiempo de vida que llevan estas pantomimas en contacto con nuestras maneras y costumbres, ha determinado en ellas una pareja expresión de venezolanidad. Así, La Burriquita muestra en su atuendo como en la música y la manera de bailarla, responde a los más genuinos impulsos anímicos de nuestro pueblo”.

Así se visten los hombres para bailar La Burriquita

Se cree que fueron los españoles quienes propiciaron esta tradición en tierras venezolanas; nació en el Oriente del país y de allí partió por todo el territorio. Tan valioso es el aporte que ha hecho a la cultura que Venezuela celebra el día de las burras y burriquitas y además la ha declarado Patrimonio Cultural de la Nación, una manera de asegurar su preservación para futuras generaciones.

Por Carmelo De Grazia