Carmelo De Grazia: Conoce al ícono Pedro Antonio Ríos Reyna

El visionario que dio un salto al arte musical en Venezuela: Pedro Antonio Ríos Reyna.

Carmelo De Grazia
Imagen de elsiglo.com.ve

Muchos podemos catalogar a Ríos Reyna como el homenajeado de una de las salas de teatro de nuestro país (El Teatro Teresa Carreño), otras veces, simplemente nos preguntamos quién es este hombre que todos hablan de su herencia, de su inspiración en función del arte.

Carmelo De Grazia
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De cualquier manera, para Carmelo De Grazia hablar de Ríos Reyna es ir a nuestra vena musical y atravesar nuestra historia desde su germen más productivo, en la época del surgimiento de un arte popular y su acervo en el contexto cultural.

Oriundo del estado Tachira, Pedro Antonio Ríos Reyna nació el 6 de noviembre de 1905 y falleció en febrero de 1971. Fue un violinista, compositor y director de orquesta que promovió significativamente la cultura musical de Venezuela.


Su labor como maestro de música le valió de reconocimientos a nivel nacional y le otorgó el mérito de fundar centros culturales dedicados a la producción de la música. Entre esos logros, Ríos Reyna trabajó en difundir nuestra música en cada rincón del país. Como un virtuoso del violín; para él no fue difícil resaltar entre los mejores y tener la oportunidad única de ser educado por maestros de la talla de José Lorenzo Llamozas, Vicente Emilio Sojo y Juan Bautista Plaza.

Su vida tuvo intrincados caminos para alcanzar el sueño de hacerse músico, pues su vida familiar dependió muchas veces de su fortaleza y empeño. Carmelo De Grazia señala que como parte de esos logros llevó las riendas de:

  • Orquesta de Cámara de la Universidad Central de Venezuela.
  • Orquesta Experimental de la Orquesta Sinfónica Venezuela.
  • Coral Filarmónica de Caracas. 
Carmelo De Grazia
Tuvo una destaca labor como director de orquesta

Siendo el apasionado que era, esas barreras a las que fue enfrentándose a lo largo de su vida significó un punto de quiebre para su carrera, en la que su violín es silenciado por un accidente que le lleva a perder la movilidad de su dedo meñique y solo le queda dedicarse exclusivamente dirigir orquestas. 

No resulta una tragedia terrible, más su deseo de impulso y lucha no flaquea y la docencia le lleva a los caminos que hoy en día conocemos como los mayores logros de nuestra cultura. El rescate de su herencia se encuentra en cada una de sus acciones que dejaron la huella para las generaciones posteriores y que hoy, en la acústica de una sala de teatro, revive y resuena una y otra vez la música de su violín. El viento de la música venezolana.

Por Carmelo De Grazia

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